Existe un lugar en Europa, a orillas del mar Adriático, donde un pueblo fue formado por un grupo de personas con justicia social, y guiados por uno de los siete sabios de Grecia llamado Bias. El mismo que se oponía a las injusticias de las tropas y mandatos del poderoso Ciro, allá por el siglo V antes de Jesucristo.
Al no poder enfrentarse a las fuerzas del poder de las tropas de Ciro, huyó con todos los habitantes de Priene, su pueblo natal, y se establecieron en la rivera de los ríos Zeta y Moraca, y fundaron el pueblo de Biziminium, hoy Podgorica, en la región que hoy ocupa la capital de la República de Montenegro (Cerna Gorac). Perteneció a la ex Yugoslavia o eslavos del sur.
En las alturas de este territorio existe una región al suroeste llamada kolasin y en él un pueblito, Prekobrdje, aqui; los primeros albores del siglo XX nació Vlado Kapetánovich Bulátovich.
Hijo de Yoko Kapánovich de Bosnia y de Stoya Bulátovich de Montenegro. La fecha. de su nacimiento es imprecisa, según sus documentos oficiales nacionalizado peruano, su nacimiento está fechado el 13 de abril de 1918, sin embargo, esa fecha, decía él, era de su Bautizo. Él recordaba cuando fue llevado por su madre a bautizarlo. Vlado conocía al Pope (sacerdote ortodoxo) donde fue bautizado. Así, en el trayecto a la iglesia atrapó dos conejos silvestres, y se los llevó de regalo al pope, quien lo bautizó con mucho agrado.
De este hecho, de atrapar dos conejos silvestres, él concluía que debía haber tenido ocho o diez años más de los que sus documentos reportaban.
Su niñez fue muy dura, desde muy pequeño trabajó ayudando a su madre en la pequeña chacra que tenían y su hermana menor, Yevrósima, en los quehaceres de la casa; entre los tres se esforzaban para sobrevivir. Por cosas del destino su padre no vivía con ellos, así es que él no conoció a su padre hasta muchos años después cuando ya era adulto.
Cada vez que tenía un tiempo de descanso solía visitar al Pope para conversar. Él recordaba con mucho cariño a un especial compañero que le ayudaba a trabajar la tierra. Cuando el araba la tierra, había en la casa un buey que era su mejor amigo, debido a que este animalito siendo muy inteligente se daba cuenta del esfuerzo que hacía el niño y lo ayudaba a surcar la tierra.
Entonces niño y buey llegaron a entenderse tan bien, al punto que bastaba tan sólo amarrar los aparejos del arado al buey y colocar el arado pesado sobre su hombro, por ser pequeño, y el buey volteaba, lo miraba y se daba cuenta que ya estaba listo, empezando la tarea; el buey solo seguía toda la tarea. Cuando el buey se cansaba, se detenía, volteaba hacia donde estaba el niño y con la pata golpeaba el piso, esto era suficiente para que Vlado dejara el arado y vaya corriendo hasta un árbol grande y frondoso cercano a la casa, donde había dejado la cubeta de agua fresca para su amigo. El buey saciaba su sed y lo volvía a mirar y mugiendo le daba la voz para que se preparara de nuevo y seguir con su faena.Después del trabajo del día, niño y buey se ponían a jugar, haciéndole cabriolas y jalándole la cola en son de broma, el buey corría persiguiendo al niño. Vlado se daba cuenta, a pesar de su niñez, que no podría soportar un apretón de afecto por parte de su amigo como el lo hacia con el buey, porque con sus más de 400 kilos lo mataría; así es que se escondía en una acequia, el buey venia y se echaba encima, por ser estrecha la acequia no podía aplastarlo. Luego de un rato partían niño y buey rumbo a la casa.
Pero, en la Tierra, debido a nuestro atraso, producto de la negatividad del egoísmo y los efectos que produce el vivir con el sistema monetario esa felicidad de los amigos, niño y buey, tenía que terminar de la forma más triste.